martes, 27 de marzo de 2007

Esta es Rubí, mi perra rottweiler que vive en la casa de mi papá. (lamentablemente yo ahora vivo en un departamento y sería infeliz sin espacio en donde correr)

La compré en un pet shop de barrio un dia que andaba buscando comida para gatos.
Cuando la vi, la tenían en una jaula apartada de los otros perros, tan flaca como un dóberman y con un manto grisaceo en el lomo de caspa.

Pregunté que le pasaba y me dijeron que simplemente tenía mal caracter, me acerqué un poquito e inmediatamente me convenció con esos redondos y espectantes ojos marrones que tenía que sacarla de ahi.

Estaba en venta y su precio era aproximadamente el 30% de lo que cuesta un cachorro de esa raza, la compré en ese mismo momento y la traje conmigo.
Cuando le llevé al veterinario me informó lo que ya era sospechado, estaba enferma, mal nutrida, tenía demodexia (una variante de la sarna) y moquillo. El pedigrí era "trucho", de un criadero en donde, obviamente, la prioridad no es la calidad de los cachorros sino la cantidad. lamentablemtne esta raza de perros era la mas buscada y por esto era altamente rentable criarlos.

Luego de participar todo esto a "ecoportal" un centro de denuncias, seguí con la recuperación de mi nueva mascota.
finalmente, luego de muuuchas vacunas y tratamiento, solo le quedó vigente la sarna que con baños de "azadieno" se curó del todo.

Rubí, a diferencia de la fama de los rottweilers, nunca fué una perra dificil de criar. Se muestra mas que cariñosa con su compañero Niky, un dálmata mayor que ella, y tres gatas que también vivían en la casa de mi papá.
Aunque naturalmente guardiana y desconfiada de todo extraño, Rubí nunca mordió, atacó ni persiguió a una sola persona. Prefiere ante todo las largas caminatas a los juegos de tironeos o persecuciones, jugar con coker spaniels y perros de ese tamaño que a los grandotes como ella.

Actualmente los fines de semana o cuando necesito verla y desconectarme un poco, la paso a buscar por la casa de mi papá, le llevo algún regalito comestible y la llevo a dar esas largas caminatas al parque las heras o hasta los bosques de palermo. Donde la música de mi mp3, mis lentes negros y la compañia espectante e incondicional de Rubí me alejan a quilometros de el bullicio de Buenos Aires.

Lunes 19 de octubre 2009

Hoy se escribe un nuevo capítulo en la vida de mi compañera Rubí, finalmente me mudé a una casa con jardín y patio. Rubí vino conmigo y nos reencontramos para ya nunca separarnos.
La trajo papá en su auto y luego de un cansador viaje Rubí se reencontró con su amiga siamesa y yo.
Ahora paseamos todas las mañanas y por las noches vamos a la plaza juntos, ya nunca estaremos lejos nuevamente.

Este es el patio interno donde vive RubíEl patio externo donde juega Rubí

Y esta es la camita en donde descanza por las noches...y durante el día y algunas tardes.